Cronología de la historia del caucho
07/07/2021La calidad del caucho, cosecha y post-cosecha
07/14/2021En CAELCA S.A.S. queremos saber cada día más sobre cauchos, por lo tanto dejamos esta interesante investigación histórica (y algo oscura al final) sobre los comienzos de la comercialización del caucho en Colombia con esta época denominada «La fiebre del Caucho«.
Antes de hablar de la fiebre del caucho en Colombia, debemos aclarar que esta explotación del caucho natural a gran escala se dio en Colombia, en un período breve, de un poco más de medio siglo (entre 1879 y 1945), y sus efectos socio-territoriales fueron tan significativos, que aún se sienten en algunas zonas del país.
En estos años se dieron dos auges distintos de explotación del caucho en el país; el primero entre 1879 y 1912, al cual se le distingue como » la fiebre del caucho«, y un segundo auge que se dio entre 1942 hasta 1945, paralelo a la segunda gran guerra. En este artículo se presentan algunos elementos que caracterizaron esta fase del apogeo de «La fiebre del caucho».
INICIOS
De hecho, el caucho natural ya era conocido en la Amazonía desde mucho antes de la llegada de los extranjeros de la conquista, pues los indígenas ya le daban uso al árbol que llora, la Hevea, mencionado en un anterior blog: «La historia del caucho». Sin embargo, las explotaciones intensivas comenzaron hacia 1789, como resultado a la demanda creciente de la goma por parte de algunos países europeos como Inglaterra y Francia, y por supuesto, de Estados Unidos, debido a los avances tecnológicos que propiciaban la aparición y desarrollo de una pujante industria del transporte (inicialmente de bicicletas y luego automotriz).
PRIMER AUGE DE LA FIEBRE DEL CAUCHO:
Hacia 1885 se comenzaban a instalar las primeras casas caucheras en este país, algunas de las cuales acogían el negocio al tiempo que abandonaban el negocio de la quina, debido a la grave crisis que dejó en el mercado. Sin embargo, la experiencia adquirida en los procesos de extracción de la quina, así como algunas mejoras introducidas al transporte del producto y a las comunicaciones fluviales, fueron importantes para el éxito de los proyectos caucheros que vinieron después, mejorando las vías de comunicación, ya que para el transporte y la exportación de los productos era necesario invertir en modos más rápidos, por ejemplo, mejoró el desarrollo fluvial por el río Magdalena.
El período de mayor demanda del caucho del Amazonas se dio en los primeros años del siglo XX, con el crecimiento de la producción de automóviles de bajo costo para las familias norteamericanas de ingresos medios. La revolución producida por la industria en general, aumentó la valorización del caucho natural, y esto hizo que el precio se elevara en el mercado mundial.
PROCESO EXTRACTIVO
Este proceso estuvo, en su mayoría de veces, liderado por pocas casas que distribuían sus capataces por los diferentes campamentos; en cada estación se ponía metas, en kilos u arrobas, que debían cumplir frente a la casa matriz. Y al igual que los indígenas, adquirían una relación de endeudamiento con los capataces o siringalistas, estos patrones obtenían ciertos beneficios y mercancías en forma de préstamo de las casas principales, las cuales se debía pagar con el látex.
Para la explotación del caucho se organizaban grupos que variaban entre 10 y 100 obreros. Nunca se iniciaba una exploración con menos de 5 trabajadores. Los siringueros debían realizar grandes caminatas durante cada jornada y recorrer varias trochas, pues los árboles se encontraban dispersos entre la espesa flora selvática, por lo que no estaban plantados, sino que pertenecían al paisaje natural de la selva amazónica.
CLASES DE CAUCHO EN COLOMBIA:
En nuestro territorio colombiano se encuentran tres variedades de caucho: El caucho negro ( Castilla Ulei ), propio de la región amazónica, fue la especie más explotada; El caucho blanco ( Sepium Verum ) es propio de terrenos templados y su explotación requiere igualmente del derrumbe del árbol; y El Siringa o Jebe, conocido como Hevea , considerado el látex de alta calidad, era el más buscado y el mejor pagado.
LOS REYES Y LOS CAUCHEROS COLOMBIANOS
Las primeras empresas de explotación de caucho se abrieron en el sur oriente colombiano, en los años setenta del siglo XIX, como el caso de la Casa Elías Reyes y Hermanos a la cual se le brindaron «privilegios exclusivos para la explotación durante casi cinco años», de las selvas del alto Caquetá y Putumayo, en lo que se vislumbraba como «gran negocio»: la explotación del caucho. Esta nueva actividad consolidó la «Estación Cauchera de la Concepción», base de extracción del caucho de la zona y de expediciones en busca de nuevos terrenos de explotación de este nuevo material.
La empresa de explotación cauchera de los hermanos Reyes no duró mucho como resultado del clima y a las enfermedades tropicales, como la fiebre amarilla, atacaron con tal ferocidad a los trabajadores que solo quedó poco de ellos.
INICIOS DE LA CASA ARANA
En 1886, el peruano Julio César Arana abasteció a los caucheros de mercancías y herramientas a cambio de caucho y, con las dificultades del período bélico, comenzó a transportar el producto hacia Iquitos y Manaos.
Un par de años más tarde logró fundar con su cuñado un centro de acopio. La empresa se fue expandiendo y su dueño adquirió dinero, control comercial y el respeto de Iquitos. En 1903 compró la estación La Chorrera y la convirtió en núcleo de operaciones de la empresa que se conoció como la Casa Arana y Hermanos.
La empresa operaba desde dos grandes centros, La Chorrera y El Encanto. La Chorrera era el centro de acopio de los barracones ubicados por el río Cahuinarí e Igaraparaná, mientras que El Encanto recibía el producto de las zonas cercanas al río Caraparaná.
Tanto la empresa, como Arana, llegaron a ser tan reconocidos, que en 1907 se cambió la razón social a «The Peruvian Amazon Company», No obstante, los abusos contra los caucheros colombianos, y demás atrocidades, principalmente contra los indígenas alcanzaron límites inimaginables.
FIN DE LA CASA ARANA
Los abusos de la empresa The Peruvian Amazon Company fueron denunciados por W. Handerburg, escandalizaron a la comunidad internacional. El gobierno británico designó al diplomático Roger Casement para realizar una investigación sobre estos hechos. Después de su inspección en 1910, en la que fue testigo de las torturas, y comunicó al gobierno británico que «el sistema de trabajo está basado en el terror» y que, de no tomarse las medidas necesarias, el genocidio haría desaparecer a aquellos aborígenes.
Años más tarde, en 1924, José Eustasio Rivera denunciaría en su novela La vorágine los hechos del Putumayo y la realidad de la vida en las caucherías. Sin embargo, a pesar de todas las denuncias, la Casa Arana permaneció hasta la década de los años 30. Con la terminación del conflicto colombo-peruano en 1932, la compañía se desplazó, llevando consigo a los indígenas sobrevivientes, dejando tras su paso una estela de agonía y muerte en un terreno ahora silencioso y casi vacío.
Imagenes:
– elcampesino.co
– revistacredencial.com
– wikipedia
Fuentes:
– banrepcultural.org
–
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